La Decisión de Soltar: Un Acto de Amor Propio
- Jairo Andres Ambriz Pado
- 28 mar
- 2 Min. de lectura
A veces, el acto de soltar parece más complicado que sostener. Estamos programados para aferrarnos a las conexiones que nos han marcado, incluso cuando ya no nos hacen bien. Sin embargo, reconocer la necesidad de soltar a una persona es una forma de protegernos a nosotros mismos y de honrar nuestro propio valor.
En una relación donde damos más de lo que recibimos, se crean vacíos que no podemos llenar solos. Nos quedamos con recuerdos, con palabras que tal vez quisimos decir y otras que preferimos no haber escuchado. Ese desequilibrio, ese desajuste, poco a poco nos convierte en actores de una película que ya no queremos protagonizar.
Sabino, en su canción "Película", capta este sentimiento con una sensibilidad única. Habla de cómo el amor puede sentirse como un guion mal escrito, donde uno sigue actuando aunque la trama haya perdido sentido. Su letra nos enfrenta a esa realidad incómoda: a veces somos personajes secundarios en la historia de alguien más, mientras los hacemos el centro de la nuestra.
Pero soltar no significa borrar, sino aceptar. Al igual que en "Película," soltar a esa persona no borra los buenos momentos ni desacredita las emociones que un día fueron reales. Es simplemente elegir salir de esa sala de cine, dejar de repetir la misma escena y buscar una nueva historia donde seamos protagonistas.
Este proceso no es fácil, pero, como dice Sabino, "la vida sigue." Y es verdad. Sigue con sus altibajos, con nuevos personajes, nuevas historias y nuevas oportunidades para encontrar algo que verdaderamente resuene con nuestro corazón. Porque merecemos algo más que quedarnos atrapados en un papel que ya no nos corresponde.
Al final, soltar no es olvidar; es aprender. Es llevarnos las lecciones, las risas y las lágrimas, y caminar hacia un nuevo capítulo que escribiremos con más amor propio y menos expectativas que pesen sobre nuestros hombros.
Comments