Querido hijo
Es difícil expresar con palabras todo lo que siento en este momento, pero siento la necesidad de compartir contigo algunas reflexiones importantes. Sé que no soy tu padre biológico, pero eso no disminuye el profundo afecto y preocupación que siento por ti.
He escuchado que estás considerando dejar de estudiar, y quiero que sepas que comprendo tus motivos, pero también quiero hacerte ver otra perspectiva. El estudio, la educación, es mucho más que solo una tarea que debes cumplir. Es la herramienta más valiosa que tienes para construir tu futuro, para alcanzar tus sueños y metas.
Entiendo que en ocasiones puedas sentirte tentado a pensar que el dinero lo es todo. Pero permíteme decirte que el dinero, aunque importante en ciertos aspectos de la vida, no puede compararse con el valor incalculable de la educación. La educación te proporciona conocimiento, habilidades, oportunidades y, sobre todo, te empodera para enfrentar los desafíos que la vida te presente.
Imagina por un momento que tienes una caja llena de dinero frente a ti. Es cierto, te puede proporcionar comodidades materiales y ciertas alegrías temporales. Pero ahora, piensa en un futuro donde esa caja de dinero ya no esté. ¿Qué te queda entonces? La educación es lo que te queda. Es lo que te permitirá abrir nuevas cajas, alcanzar nuevas metas, y seguir creciendo en todos los aspectos de tu vida.
Quiero que sepas que estoy aquí para apoyarte en este camino. Si sientes que estás luchando, que las cosas son difíciles, házmelo saber. Juntos podemos encontrar soluciones, juntos podemos superar cualquier obstáculo.
Recuerda siempre que eres capaz de lograr grandes cosas, pero necesitas invertir en ti mismo. Y la mejor inversión que puedes hacer es en tu educación.
Con todo mi cariño y apoyo,
De mi para ti
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